viernes, 26 de septiembre de 2008

Hogar

Creí que extrañaba la vida de soltero, y la extraño, pero la vida de des-casado no es lo mismo. En lugar de las chicas acaba uno con amigos borrachos que vomitan en el carro.
Creí que extrañaba la tierra natal, y la extraño, pero al regresar, en mi casa sólo encuentro los restos del naufragio, y en la calle una ciudad distinta, todavía paradisiaca pero ajena, y endiabladamente calurosa. Los amigos ya no viven aquí, las exnovias ya no quieren verme o están casadas y con hijo, o no están localizables.
Es increíble lo perdidos que podemos sentirnos, lo engañados que estamos todavía, a estas alturas de la vida.

"En Comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver"
Joaquín Sabina