sábado, 7 de febrero de 2009

Demasiado tarde

Si caer te asustaba, corazón,
no mires ahora pero no hay asideros,
y no hay fondo visible en este pozo
que nos rodea
mientras caemos
abrazados.

Si temías estrellarte,
cómo te anuncio que vamos en picada
y el piloto recita El Corán a voz en cuello.

Si te preocupaba perderte,
siento informarte que venimos
caminando en círculos;
que desbarrancó la caravana,
que está imantada la brújula,
que los monos escaparon con el mapa,
y erigimos en arena movediza la tienda de campaña.

Si no querías quemarte,
míranos consumidos y ardiendo todavía.
Siente estas brasas que eran mis manos,
mira mi carne incandescente y humeante,
huele el vapor de nuestra sangre que asfixia.

No he sido yo.
Yo sólo me hice el tonto
y esperé que no miraras,
mientras el cosmos conspiraba en nuestra contra.

II

Si he de perderme,
quiero que sea contigo.

Cuando naufrague,
que no me faltes tú.

Quiero extraviarme para siempre
en esos ojos tuyos,
Abrázame aun,
que no se está mal aquí.

Que la bengala no encienda
y nadie escuche nuestros gritos.

Que la botella con el mensaje escolle
y se hunda.

Que el rescate no llegue,
que la misión con nuestro auxilio
demore todavía,
en lo que tú y yo conversamos,
y nos disponemos,
sentados,
a envejecer.

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