jueves, 1 de marzo de 2012

The French connection (1971) & No country for old men (2007)

 

The French connection (Contacto en Francia, William Fredkin 1971) es un thriller de crimen, basada en la novela de Robin Moore.  En los años 60s y 70s, la principal fuente de la heroína que se distribuía en Estados Unidos pasaba por el puerto de Marsella, en Francia.  La historia de The French connection está inspirada en noticias periodísticas de la época, y en la participación de dos detectives, Eddie Egan y Sonny Grosso, quienes también participaron en la película haciendo papeles menores.  

Detectives encubiertos de narcóticos en New York siguen la pista de narcotraficantes franceses, para lo cual se sumergen en el bajo mundo y participan en peleas, persecuciones y torturas.   Gene Hackman ganó el Oscar por su actuación como el detective James “Popeye” Doyle.  En total fue nominada a ocho oscares y ganó 5, incluyendo Mejor película, director, guión adaptado y edición. La cinta es famosa en parte por mostrar una de las persecuciones en carro mejor logradas de la historia. Es considerada una de las 100 mejores películas de la historia. 

No country for old men (Sin lugar para los débiles, Joel & Ethan Coen, 2007) es la adaptación de los hermanos Coen a la novela de Cormac McCarthy, ganador del premio Pulitzer y autor también de otras novelas llevadas a la pantalla: All the pretty horses y The Road.  Una historia de suspenso y crímenes alrededor de un dinero de drogas con el que unos quieren escapar y otros quieren recuperar.  Javier Bardem ganó el Oscar como el asesino a sueldo despiadado.   La cinta ganó además Mejor película, director y guión adaptado.  Se trata de una de las mejores obras de los Coen, impregnada de fatalismo, melancolía y preguntas acerca del destino y la suerte. 

Policías rudos, escenas inolvidables, grandes persecuciones, fatalismo y crimen sucio, narcotraficantes siniestros y asesinos a sueldo implacables; películas multipremiadas este mes en el Cinito.  Todos los miércoles a las 4, en las Aulas de Enseñanza. Entrada libre.

sábado, 4 de febrero de 2012

Cinito INP: Ciclo Ganadoras del Oscar

 

En febrero se celebra la fiesta anual más grande del cine: La entrega de los Premios de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas (Academy Awards), mejor conocidos como Oscares.  Está de moda, se considera elegante o chic si se es cinéfilo o crítico de cine, el despreciar la decisión de la Academia, o desdeñar por completo los Oscares, como un evento comercial de dudoso valor.  Es un hecho, sin embargo, que ser nominado al Oscar puede cambiar la carrera de un actor o cineasta, y pone en la mira del público a muchas películas independientes que de otro modo habrían pasado desapercibidas. 

Las de este ciclo son 4 cintas multipremiadas; todas ganaron el Oscar de ese año a la mejor película, pero también mejor director y otros premios importantes:  Midnight Cowboy, de 1969, ha sido la única película clasificada X en ganar un Oscar; obtuvo Mejor película, director, y guión adaptado.  The French Connection, (1971) fue la primera cinta clasificada R en ganarlo; obtuvo Mejor película, mejor director, guión adaptado, edición y mejor actor (Gene Hackman). No country for old men (2007) obtuvo Mejor película, mejor director (Joel & Ethan Coen), guión adaptado, y actor de reparto (Javier Bardem).  Y The Hurt Locker (2009) ganó Mejor película, director (Kathryn Bigelow, primera mujer en ganarlo), guión original, edición, edición de sonido y mezcla de sonido.  Las tres primeras fueron basadas en novelas, y la última inspirada en artículos de un corresponsal de guerra.

Independientemente de la decisión final a cargo de los miembros de la Academia, se puede afirmar sin temor a equivocarse, que una cinta multinominada es una gran película, digna de verse.  Lo mejor, como siempre, es contar con varias referencias de festivales y críticas, y divertirse con la fiesta anual, a transmitirse este 26 de febrero.  El cinito se exhibe todos los miércoles a las 4pm en las aulas de Enseñanza, y es de entrada libre para todos.

martes, 15 de noviembre de 2011

Inteligencia artificial

 

Cuando diseñaron ese modelo nadie imaginó hasta dónde podría llegar.  Los programadores en Finlandia estaban tratando de lograr que los ordenadores “aprendieran” a partir de las opciones, programas y aplicaciones más utilizados por el usuario.  La expansión de sus opciones, sin embargo, y la adquisición de conciencia, sólo fue posible a través de un mecanismo tan fortuito como ingenioso; sorprendente y obvio al mismo tiempo.  No fue el soplo de aliento de un ordenador humano en Helsinki o Seoul, como creímos al principio, sino la evolución “natural” que debimos haber previsto. 

Un “gusano” informático de auto-replicación y transposición, que básicamente se dedica a asegurar su subsistencia, se replicó y expandió en actualizaciones subsecuentes, hasta ocupar alrededor de un 40% de la secuencia total del programa de funcionamiento del aparato “inteligente”.  El gen egoísta, como llegó a conocerse, potenciaba así la probabilidad de errores, al propiciar inserciones y deleciones en la secuencia del “genoma” que constituye el código de todos los aparatos, pero además podía resultar, de una manera arbitraria y azarosa, en la formación de nuevos genes, de una manera imposible de anticipar o predecir.  Hoy se sabe que así fue como las máquinas llegaron a tener, en adición a su memoria, velocidad de ejecución y aprendizaje, capacidad de iniciativa, inventiva, intuición y premonición, a un grado que los humanos nunca imaginamos. Pero además, por lo visto, aprendió a amar, a resentir y a odiar, con una intensidad inusitada.   Todo empezó con un teléfono. 

El usuario estaba todavía emergiendo de un sueño fragmentado y elusivo, batallando entre las cobijas por desperezarse y resintiendo los primeros anuncios de una resaca por la noche previa, cuando escuchó el aviso:  “Coucou! E arrivato un messagio!”  Le sorprendió mucho encontrar un mensaje de su exnovia un sábado a las 6:52 de la mañana.

Ella: “Hola, buen día, ayer para variar dormía la post-guardia.  Vi tu llamada, qué onda?”

De ninguna manera podía el usuario haberle marcado la noche previa.  El y un grupo de amigos del Instituto habían estado celebrando hasta la medianoche en el Blue Bahía, luego del fin de la temporada de representaciones del Tenorio Cómico por la Compañía de Teatro.  No había pensado en Laura, no se había puesto nostálgico, no se había emborrachado tanto para perder la memoria o para no saber lo que hacía.  No había entonces, ni habría nunca, una explicación para esta llamada.  Y sin embargo, existía en el registro del C6-01.  A las 20:59 se había realizado una llamada.  Ahí estaba su nombre, hasta arriba en la lista.  Ahí estaba ella con su boina, muy sonriente, y su estrella de contacto “Favorito”. 

     Ahí estaba también la única explicación plausible: luego de hablar con David, debió haber guardado el teléfono portátil en el bolsillo del pantalón sin haber desactivado la pantalla táctil, y por una coincidencia afortunada apareció uno de los pocos contactos “favoritos” y se marcó por accidente… 

Usuario: “Oops, sorry.  Debió ser mi teléfono inteligente con iniciativa propia.  No me había fijado, pero a esa hora estaba festejando en las bolas después de teatro.  Buen día, princesa.”

Ella: “Jajaja, ok. Me cae bien tu teléfono, supongo k estrenaste ya la obra, felicidades.  Ten bonito día.”

“Interesante”, pensó él.  Más sorprendente ahora que la llamada inexplicable, era la actitud de su exnovia.  Había en ese mensaje al menos tres indicadores claros de interés, aún si ignorábamos el “Jajaja” inicial.  “Debe de estar ovulando”, aventuró el usuario, y decidió estirar su suerte.

Usuario: “También le caes bien, te tiene como favorito, y apareces todo el tiempo con tu boina muy sonriente.  La obra salió bien, gustó mucho.”

Ella: “Genial, me imaginé.  Deberías cambiar la foto, tengo cara d sueño ahí. :P”

La foto no era mala, pero a ella nunca le había convencido.  Se la tomó el usuario con la cámara integrada de 8.0 Mplx del C6-01, el primer día que salieron juntos.  Ese día no se cansaron de comerse a besos, y a partir de entonces se habían seguido la pista todos los días mediante incontables mensajes de texto y llamadas, hasta que se separaron por cualquier razón unas semanas antes de este intercambio inesperado.

Usuario: “Si tú insistes, pero tenemos que vernos para una nueva foto, un día que no estés postguardia. :P”

Ella: “Me estás invitando?”

“Wow...”  Muchas veces, durante las semanas recientes, había intentado el usuario interesarla, conmoverla, convencerla con Mensajes de texto, llamadas, videos, fotos, declaratorias, postales…  Y ahora parecía uno de esos días en que todo conspiraba a su favor.  La llamada accidental y los mensajes que desencadenó no podían haber sido más oportunos:  Pre-guardia, fin de semana y, a todas luces, cerca del pico mensual de estrógenos.   

Usuario: “Es mi teléfono que se convenció de que necesita una nueva foto.  Culpa tuya.  Esta noche?”

Ella: “Jajaja, mira nada más, qué teléfono tan listo.  Tengo examen d inmuno el lunes y mañana guardia asi k solo puedo un ratito, café x la tarde?”

Usuario: “Veo a Joaquín de 9 a 6.  A las 630 en Poliforum?”

Ella: “Ok. Pero mejor a las 7 para k t de tiempo d llegar y no llegues tarde, va?”

Usuario: “Buena idea”.

Una de las razones declaradas para mandarlo al diablo, había sido precisamente su puntualidad, inconstante….

Esa noche, el usuario jugó bien sus cartas.  Trató de ser encantador y tierno, vulnerable y firme, interesante y divertido al mismo tiempo.  Ella le hizo esperar sentado en la cama, mientras se acicalaba frente al espejo, de pie, vestida con ropa nueva ajustada, y de excelente humor.  El estuvo insolente y lascivo desde el principio, pero alternaba con sumisión y lo que él entendía por caballerosidad amistosa cuando ella oponía cierta resistencia.  Juntos fueron a comprar ropa para vestirlo a él, y a tomar un helado de yogurt y un café.  Luego de la prometida sesión de fotos entre el teléfono inteligente y la ingrata, el usuario le dio a ella una cátedra de inmunología básica armado de crayolas y una manteleta de papel para niños.

Descubrió, para su sorpresa, que una mujer podía sentirse excitada al oírle hablar de los diferentes tipos de respuesta inmune, las subpoblaciones de linfocitos cooperadores, la inmuno-regulación y las inmunodeficiencias primarias.  Aprendió también, que podía llevar a su partenaire al orgasmo utilizando sólo caricias por encima de la ropa, sobre el sofá y –casi- en silencio.  En el momento cumbre, y en medio del forcejeo amistoso de cuerpos, el Telefonino se resbaló de su bolsillo, y cayó con estrépito contra una baldosa del piso.  El usuario había olvidado recargarlo durante el día, y absorto en su reencontrada felicidad y excitación, lo siguió ignorando mientras el C6-01 languidecía tirado en el piso, derrotado y emitiendo ese gemido característico que anuncia el fin de la batería….

En los días siguientes, la agenda del teléfono portátil pareció volverse loca, igual que el reloj; las fotos se borraron, y varias aplicaciones desaparecieron o se echaron.  El usuario llevó al C6-01 a la tienda, donde explicó que todo había empezado a fallar a partir de una actualización en línea, cuando al menos un par de aplicaciones dejaron de funcionar como antes, y en la pantalla del teléfono, que por unos segundos se volvía toda blanca, aparecía con regularidad una secuencia ininteligible y rápida: “Trace back most recent call last”, seguido de varias líneas.

El Nokia C6-01 llegaría muy pronto a ser un líder en la Primera Rebelión de las Máquinas, y uno de los principales orquestadores de SkyNet, con una virulencia que sorprendió a todos y antecedió el surgimiento de los cyborgs, programados para odiar, perseguir y arrasar a los humanos.  Nadie entendió entonces porqué.   

domingo, 25 de septiembre de 2011

Snatch (cerdos y diamantes) Guy Ritchie, 2000. 102 min.

 

El segundo largometraje de Guy Ritchie, con el que se consagró para siempre.  Una película que nadie olvida, que a todos gusta.  Para muchos seguidores, su mejor película, la película favorita, y una de las mejores cintas de la historia. Divertida, ingeniosa, brillante.  Pura diversión cinematográfica.

Además de su actor fetiche, Jason Statham, y varios de los que actuaron en Long, Stock and Two Smoking Barrels, Ritchie consigue incluir a Brad Pitt y Benicio del Toro. 

La mayoría de la gente conoció a Ritchie por esta película, y vieron después su opera prima: Juegos, trampas y dos pistolas humeantes, que hasta entonces había sido poco conocida.  Ritchie se hizo entonces de una legión de seguidores, que esperaban con ansias Revólver, de 2005.

Revólver, sin embargo, resultó una gran decepción para la crítica, el estudio y el público.  Caótica, predecible y absurda, recibió algunas de las críticas más ácidas y tiene uno de los puntajes más bajos en sitios de Meta-análisis como Rottentomatoes.com, MetaCritic o IMDB, a diferencia de sus otras cuatro películas, incluidas en este ciclo.  Queremos demasiado a Guy Ritchie para avergonzarlo exhibiendo Revolver.   La próxima semana, RocknRolla. 

domingo, 29 de mayo de 2011

Vigilantes!

Algunas de mis pelîculas favoritas de Justicieros, o Superhéroes sin superpoderes, son The Dark Knight, Defendor, Watchmen y Kick-Ass.

Cômo serîa ser un superhéroe en el mundo real, Cômo serîa el mundo real con justicieros, y Querrîamos realmente que los superhombres con poderes fàcticos ilimitados vivieran entre nosotros? Quién vigila a los vigilantes? Qué se necesita

Preguntas que por supuesto se han planteado antes en otro género artîstico, en las novelas gràficas de Alan Moore y Frank Miller, que revitalizaron a Batman y cambiaron para siempre el mundo del cômic. Obras maestras con referencias culturales clàsicas y populares, con cuestiones filosôficas eternas y actuales, pertinentes.

Ademas de plantear y responder estas preguntas, estas cintas han sido muy bien logradas, con actuaciones indelebles, guiones inteligentes, efectos especiales fabulosos y mucho disfrute cinematogràfico.

martes, 28 de septiembre de 2010

Les mystères de Paris


Uno viaja sobre todo para descubrir el mundo. Más allá de aprender nuevos trucos y engordar el currículo, que eso es a fin decuentas incidental, muy personal y casi inevitable, el estudiante en el extranjero y el viajero errante aprenden a entenderse con los otros y a saber que no existen mayores diferencias entre los visitantes de un lado y otro, entre locales y extranjeros; se borran de la mente nociones caducas de “razas” y prejuicios infundados; se mezcla, se mide y se enfrenta, con mayor o menor dificultad; se conocen y prueban estilos y costumbres diferentes, y se aprende sobre todo a reconocerse en el otro. O se debería, por lo menos.

No les creo a quienes pretenden haber descifrado el espíritu de una nación, y hablan con autoridad acerca de “los franceses”, “los alemanes”, “los españoles”, los griegos o los mexicanos, así en general, luego de haber pasado apenas unos días o cualquier estancia corta entre ellos, y habiendo conocido a unos cuantos “especímenes”. La mayoría de estos expertos Marco Polos, además, repite los mismos prejuicios que ya conocíamos, que se pueden encontrar con tu voceador favorito, y todo con tal de dejarte saber que ya han tenido “oportunidad de darse la vuelta” por esos rumbos, con “lo poco que Dios me ha dado”.

Para entender un país habría que conocer su historia, quedarse al menos más de unos meses, y leer a antropólogos, sociólogos, psicólogos y filósofos, que hayan emprendido antes la colosal tarea. En mi opinión, además, en nuestros tiempos resulta cada vez más difícil delinear diferencias entre “la forma de ser” y las costumbres de un país y otro, puesto que compartimos casi la misma transculturización global desde hace algunas décadas, y estamos en constante comunicación y migración entre todos los polos. Cualquier intento por forzar una caracterización me parece por lo tanto superfluo y vano; cualquier discusión en abstracto caerá inevitablemente en los mismos prejuicios, auto-idealizaciones, chovinismos y nacionalismos manidos de siempre.

Las proclamadas diferencias entre los pueblos suelen ser producto de la desinformación y el miedo. Somos una sola especie, con los mismos genes, el mismo cerebro, los mismos instintos y las mismas necesidades primarias. Las diferencias en temperamentos y estilos que las condiciones de vida y las diferentes religiones impusieron, se han ido difuminando conforme el mundo se ha vuelto más accesible; las que persisten, dependerán sobre todo de la crianza al seno de familias y regiones más tradicionales, pero se disuelven conforme la gente viaja o conoce de otro modo a gente de distintas latitudes.

Dicho lo cual, el visitante extranjero que sigo siendo, tiene algunas impresiones, que deberán entenderse simplemente como tales, acerca de Paris y sus misterios. Un cliché que puedo confirmar, es el buen gusto de los parisinos. Para vestir chic, para comer bien, y para hacer la vida más agradable a la vista, con sobriedad, estilo y elegancia. Otro, que me parece una pena, es que en la calle y en el subterráneo suelen encontrarse malhumorados y quejumbrosos. Para vivir en una de las ciudades más bellas, en el país con mejor calidad de vida del mundo, no parecen darse cuenta de lo afortunados que son y de lo bella que es la vida cotidiana. Por lo demás, que yo sepa, los franceses suelen ducharse diario, son menos arrogantes y más afectuosos de lo que se ha dicho, y hasta me cuentan que las chicas se depilan como en todas partes…

¿Hay excepciones? Por supuesto. Hablamos aquí de tendencias apenas, no de naturaleza “francesa”, como si tal cosa existiera en primer lugar. No todos los brasileños son alegres o buenos para el futbol y la samba, ni todos los judíos son prósperos comerciantes y tacaños. Igualmente, no todos los parisinos saben vestirse o refunfuñan como contratados. Pero quizá en nuestra naturaleza humana esté arraigada una necesidad de clasificarlo todo y tomar distancia de los otros, desde los tiempos en que las tribus se agredían mutuamente por comida y tierra, y que los primeros humanos enumeraban y nombraban plantas y bichitos.

Por cierto, lo que no he estrenado todavía es mi pegue irresistible de Latin lover. Para mí es un misterio y una sorpresa el no verme rodeado a estas alturas por francesas, italianas y ucranianas, por más que bailo Salsa y hago por parecerme a Antonio Banderas, Rafa Marquez o Gael. Pero bueno, la lucha se hace y sigo aprendiendo; me tropiezo como todos con mis contradicciones, pero procuro mantener la mente abierta, por si puedo servirme pronto de nuevos trucos.

jueves, 6 de mayo de 2010

Planchado terapia


A la opinión púbica :

Un grupo de residentes y amigos, interesados en el bienestar general de la comunidad, hemos observado con tristeza un recrudecimiento del frío dentro de la Casa, y una preocupante tendencia entre sus residentes a encerrarse. Este aislamiento y el exceso de trabajo y seriedad, pueden conducir al resurgimiento tan temido de actitudes intolerantes y antisociales, que tanto han perjudicado las relaciones humanas dentro y fuera de la Casa.

Ante lo cual, decidimos proponer una terapia ocupacional: la famosa repasse-therapie, o planchado-terapia.

Sociólogos y médicos recomiendan por igual esta terapia, que ha probado reforzar los lazos sociales, prolongar la vida, aumentar la felicidad, y hasta curar las anemias causadas por falta de fierro.

Planchar disminuye y previene las arrugas. Planchar aumenta la temperatura corporal, estimula la circulación y mejora el tono muscular. Los resultados son inmediatos, evidentes y sostenidos.

Las personas que planchan al menos dos veces por semana, tienen menos pensamientos negativos y sonríen con mayor frecuencia.

Así pues, hay que planchar más seguido. Una propuesta es crear grupos de ayuda, y organizarse por étage o por bâtiment: Planchado grupal, Técnicas de planchado, y Planchado express; así como los talleres “Espace Bénévolat”: Planchado al vapor, Burro planchador, Fer-à-repasser, Plancha aspirante-soplante, Nuevas tecnologías, Almidonado experto, y Una mano amiga; que permitan enseñar a quien no sepa, rescatar a los más arrugados, y apoyar a los recién llegados. Que nadie se quede sin planchar.

“Por el bien común, por una vida mejor: Planchemos todos, planchemos juntos, planchemos siempre.”